Currículum y fútbol

El currículum es como el fútbol. Si alguna vez has estado en un campo de fútbol o, más probablemente, en un bar cuando televisan al Real Madrid o al FC Barcelona, te habrás percatado de la inmensa sapiencia futbolística existente. Todo el mundo conoce con extrema profundidad las reglas, estrategias y tácticas necesarias para vencer y, además, convencer.

La verdad es que, teniendo en cuenta la tasa de paro actual y las remuneraciones que perciben normalmente los entrenadores de fútbol, resulta muy triste el caudal de conocimiento perdido, por no hablar de las oportunidades laborales desperdiciadas.

Pues bien, en el maravilloso mundo de las herramientas de búsqueda de empleo en general, y del currículum en particular, ocurre lo mismo que en el fútbol. Todo el mundo tiene una opinión. Cualquier persona con la que hables te indicará, con la mejor de las intenciones, desde el tipo de letra más adecuado hasta el modelo más “in” en este momento.

Lo curioso es que, dado que no sabes realmente quién va a leer tu currículum y cuáles son los criterios que va a tener en cuenta a la hora de decidir si lo selecciona o no, cómo afirmar quién es el que tiene razón y quién no. Porque, no es lo mismo la visión de alguien que selecciona personal en una gran empresa (con su máster en Recursos Humanos bajo el brazo) que el gerente de una PYME que se basa en su instinto y experiencia previa cuando selecciona colaboradores. No es lo mismo, o quizás sí. Ese es el problema.

Teniendo en cuenta que no suele ser sencillo acceder a la información que nos facilitaría la toma de decisiones en cada ocasión, me voy a atrever a dar algunas reglas generales que, considero, hay que tener en cuenta. Al fin y al cabo, a mí también me gusta el fútbol. A saber:

  1. Presentación. Las manchas de café y las faltas de ortografía quedan feas en un currículum. Es cierto que tener una falta no te hace peor trabajador pero, indudablemente, tampoco mejor. Ante la duda, siempre preferiría a la persona que más cuidado ha puesto en la elaboración. Esto es válido tanto para un camarero como para un empleado en una fábrica de tornillos, por ejemplo.
  2. Estructurado y conciso. Tienes que imaginarte que quien lo va a leer no tiene demasiado tiempo (o prefiere invertirlo en otra cosa). El tiempo de dedicación por currículum se mide en segundos, no en minutos, así que hay que facilitar las cosas.
  3. Positivo. Si alguna información no te beneficia y, pudiera ser perjudicial, no la pongas. Si, por el contrario, o es neutra o puede ayudarte, inclúyela.
  4. No pongas nada que no estés dispuesto a defender. Si pones que sabes alemán y chino, las probabilidades de que te llamen a una entrevista se incrementarán. Pero, si no conoces estos idiomas, más vale que seas buen actor y tengas una estrategia de respuesta, como decirlo, altamente creativa.
En cualquier caso, lo más importante es tener claro que la foto que aparece en el currículum es la nuestra y que somos nosotros los que vamos a sufrir las consecuencias, positivas o no, de la redacción y estructura que elijamos. Así que, ante la duda, lo mejor es cometer nuestros propios errores o aciertos y no los de otros. Eso no significa que estemos cerrados a otras opiniones e ideas, solamente que no las aceptemos sin más en función de lo mucho o poco que supuestamente domine el tema nuestro interlocutor. Al fin y al cabo, no debes olvidar que el que lo sabe todo acaba por no saber nada.

En este sentido, habrás podido comprobar que en el artículo aparecen una serie de enlaces que, espero, te resulten útiles en la elaboración de tu currículum. Es una pequeña muestra de la enorme cantidad de información a la que podemos acceder gracias a Internet y de que, aunque pensemos que somos unos grandes expertos en las diferentes herramientas de búsqueda de empleo (o en cualquier otro tema), siempre hay alguien que, afortunadamente, puede aportarnos una visión novedosa.

Por último, y relacionado con el incesante caudal de información que supone Internet, me ha llamado la atención un artículo de La Vanguardia sobre un estudio que afirma que “8 de cada diez currículums están mal elaborados”. Os aconsejo, no sólo leer el artículo sino, sobre todo, leer también los comentarios que aparecen al final; muchos de ellos no tienen desperdicio.

En definitiva, como en el caso de nuestro amado fútbol, o bien no hay tantos expertos que saben sobre el tema o es que no hay mucho tema sobre el que saber.

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